El
servicio que dan los hombres y mujeres de rojo es incomparable a de
cualquier profesión. Siempre se encuentran en los momentos de pánico o
de cualquier tipo de siniestro, arriesgando sus vidas.
Valerosos
hombres y mujeres vestidos de rojo, uniforme que lucen con mucho
orgullo y honor. Son personas que llevan una vida común y corriente en
sus trabajos, hogares y otras actividades pero que al momento de prestar
este gran servicio voluntario, pueden sacrificar horas de descanso
inclusive alejarse momentáneamente de sus familias, para asistir a una
emergencia o apoyar a su comunidad, no importa el horario o si es una
fecha festiva, lo que prima en ellos es el amor al prójimo, el poder
actuar rápidamente en auxilio de quien más lo necesita. Esta es la
mística que forma parte de la identidad de los bomberos voluntarios del
Perú, muy a menudo los vemos en los noticieros de nuestra televisión,
cumpliendo su abnegada labor, en algunas ocasiones hasta arriesgando sus
vidas, rescatando personas atrapadas en accidentes de tránsito o en
estructuras colapsadas, estabilizan y trasladan a pacientes en estado
de peligro, extinguen incendios de todo tipo de materiales, los de
mayor envergadura comprenden largas horas de extenuante trabajo a altas
temperaturas utilizando el traje térmico, más equipo de protección todo
en conjunto llega a pesar 25 kilos aproximadamente.
Sabemos que la
función que desempeñan a nivel nacional, cuenta con la aprobación y
reconocimiento de la opinión pública, también es cierto que muchas veces
se oyen frases de rechazo hacia ellos, sobre todo en los distritos al
sur de Lima, con reclamos como: ¿Por qué se demoran tanto…?..¿Ya para
que vienen..? o frases parecidas y es que esto tiene un respuesta;
en una ocasión escuche a un comandante del CGBVP dirigiéndose a su
personal decir lo siguiente: …cuando la gente les reproche la
tardanza, contéstenles que es porque el estado no les brinda nuevas
unidades o no las repara, hagan saber que algunas máquinas contra
incendios, datan de los años 70 y están más en el taller de
reparaciones que en servicio, expongan que no cuentan con choferes
rentados que cubran el servicio de las 24 horas y que por eso no salen
a una emergencia, díganle que tienen pocos efectivos , porque en
algunas zonas como esta parte de la provincia de Cañete, el índice del
porcentaje de voluntariado es bajo.
Espero que con
estas explicaciones la gente de la comunidad que en alguna oportunidad
quiera increpar la tardanza de los bomberos, tenga en cuenta las
líneas de arriba y lo recuerde antes de criticar. La realidad del
Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, es difícil, pues recibe
poco apoyo de los gobiernos locales, regionales o del central, el
olvido o desinterés del estado se ve reflejado en que de las 800
unidades bomberiles a nivel nacional; 350 son consideradas autentica
chatarra, los equipos de trabajo en algunos casos están obsoletos, los
uniformes y hasta zapatos tiene que comprarse cada efectivo con su
propio peculio, etc. A pesar de todas estas desavenencias, ellos nos
seguirán brindando su ayuda, pues no esperan algún reconocimiento
económico ni público, sus labores siempre las desempeñaran de forma
desinteresada, la mejor recompensa o premio que pueden recibir estos
sacrificados hombres de rojo, es saber que con la preparación y
capacitación que han obtenido en su formación de bombero, tal vez
puedan salvar una vida o ayudar a alguien en situación de peligro.
Luego podrán regresar a casa con la satisfacción de haber dado lo mejor.
Por Lourdes Chauca
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